Desde un punto de vista pragmático, despojado de cualquier esoterismo, entre el 31 de diciembre y el 1 de enero no existe mayor transición que la de un domingo a un lunes cualquiera del año. Sin embargo, en esa frontera que separa el final de un año y el inicio del siguiente opera un mecanismo psicológico que nos lleva a pensar en un corte real y palpable a partir del cual se puede hacer borrón y cuenta nueva. Justamente, por ser enero el lunes del año, el cielo se llena de nuevos propósitos y promesas, mientras que diciembre -el domingo- invita a mirar en retrospectiva y reflexionar sobre lo que se ha hecho y lo que no. En el caso particular de Pablo Bascary, el repaso de 2023 le deja una de las mayores alegrías que le dio el rugby: bajo su mando, Old Lions se consagró campeón del Regional, dándole así el primer título del NOA a Santiago del Estero y rompiendo una hegemonía de más de 20 años de campeones tucumanos. Efectivamente, desde que comenzó a jugarse el Regional en 1999 y hasta el año pasado, siempre el campeón había sido de la URT, con la única excepción de Gimnasia y Tiro de Salta, que compartió el título con Huirapuca en esa primera edición. En esta oportunidad, en el último Regional "largo" (cambiará de formato en 2024), la gloria fue exclusivamente santiagueña.
Pero lo que pasó, pasó. Ahora Bascary está inmerso en su siguiente desafío: tomar el timón del plantel superior de Huirapuca. El entrenador formado en Natación fue presentado hace algunos días en el Parque de la Joven Argentina, y por estos días estuvo abocado a la tarea de evaluar el estado de situación del equipo para saber con qué cuenta y cuáles serán los principales puntos de atención de su trabajo.
"Mi llegada a 'Huira' fue sin buscarlo, pero la verdad que el proyecto me cautivó desde el principio a medida que veía y escuchaba lo que tenían en mente. Cómo querían darle una nueva forma a la estructura de rugby del club y cómo trabajar con sus juveniles. Al mismo tiempo, pensaba que era una hermosa oportunidad de seguir creciendo como profesional. Un nuevo desafío, en un nuevo club, con un nuevo plantel y con una estructura más grande a disposición donde poder desarrollar metodologías de trabajo sin desatender el juego y la competencia, que es lo que me apasiona", resumió Pablo sus motivaciones para aceptar el reto en el exigente club de Concepción.
No es fácil salir de la zona de confort, menos cuando Bascary ya había alcanzado la categoría de prócer para el rugby santiagueño. "Es lo que necesitaba para seguir poniéndome a prueba y discusión. Salir de la comodidad de un club donde ya había alcanzado un objetivo deportivo muy importante. Lo que me proponía Huirapuca era justo a medida, además de lo atractivo que puede ser trabajar en una institución por donde pasaron grandes entrenadores, jugadores que fueron Pumas y otros reconocidos a nivel nacional. Sin dudas será un lindo desafío y un honor formar parte de este proceso y trabajar a la par de todas estas figuras, y aprender de ellos", anticipa.
Identidad de juego
El sábado será la presentación formal del nuevo proceso al plantel, con normas y pautar de trabajo. Ya a mediados de enero comenzará la actividad de preparación con los jugadores que irán a defender el título en el Seven de Tafí del Valle. Una semana más tarde comenzará a moverse el resto del plantel.
"Nos propusimos desarrollar una estructura deportiva con metodologías de trabajo bien definidas, con objetivos muy claros, altamente desafiantes. Sin dudas Huirapuca está a la altura de ellos. Será difícil, pero ahí está lo atractivo", advierte Pablo, quien se reunirá con los entrenadores anteriores (Federico González y Tristán Molinuevo) para ponerse al tanto de cuestiones más finas. "Estoy terminando de analizar los partidos del equipo en 2023 y esto me permitirá tener una idea más acabada de su perfil de juego. Todo esto tendrá un mejor cierre cuando me junte con Tristán y Fede para terminar de escuchar por parte de ellos algunos aspecto. Agradezco la predisposición que mostraron para juntarse conmigo y ayudarme en esta etapa de trabajo", destaca.
En resumidas cuentas, ¿qué pretende Bascary de "su" Huirapuca?: "quiero que mantenga su esencia y no pierda su vértigo cuando juega. Quiero mejorar sus formaciones fijas y relanzamientos a partir de situaciones de contacto, generar estructuras y plataformas de ataque y que el jugador tome la opción que mejor se ajuste. Quiero un equipo disciplinado, consistente en su propuesta y convencido de sus roles y funciones a partir de formaciones fijas y que sean funcionales a las distintas situaciones de juego. Quiero un equipo que entienda la importancia de tener un plan y que sea capaz de interpretar los distintos momentos que tiene un partido y los sepa manejar tanto cuando es dominador y cuando es dominado".